lunes, 17 de enero de 2011

Trent Reznor gana globo de oro

http://1.bp.blogspot.com/_lLW_49VA0qw/TA8AEX42daI/AAAAAAAACLs/Oy1oKQqOpZQ/s1600/trent.jpgEl Globo de Oro entregado a Trent Reznor por la banda sonora de "La red social" marca un nuevo hito en la carrera del cabecilla de Nine Inch Nails, un compositor que, partiendo del metal y la electrónica de voltaje industrial ha conseguido -discutible logro- cuadrar una partitura de naturaleza ambiental. De "Pretty Hate Machine" a la música compuesta para la película de David Fincher va un trecho cuyo recorrido lo explica el drone como unidad de medida de una tensión cada vez más rebajada y espaciada. 
Pionero de la nuevas relaciones entre músicos y audiencia -discos gratis a través de internet, cuya producción se sufraga a través de la venta de cotizadas ediciones limitadas-, Trent Reznor ya hizo para la "Carretera perdida" de David Lynch y con "The Perfect Drug", pieza que no puede separarse de sus posteriores y excelentes remezclas, un experimento cinematográfico marcado por la ultraviolencia de Nine Inch Nails. Desde 1997, cuando NIN lanzó aquella piedra, la evolución de Reznor lo ha llevado en los últimos tiempos a ensayar en su estudio composiciones ambientales como "Ghosts I-IV" (2008), posible precedente de la banda sonora premiada en la gala de los Globos de Oro.
Aunque "La red social" de Reznor contenga pasajes de cierta acción electrónica, y también guitarras, la planicie que expresan sus diecinueve discretos movimientos, guiados por el teclado, pero contaminados por la desintegración del sonido que estallaba en la obra de NIN, responde a la estructura del drone, elemento que ha definido el tránsito de numerosos compositores de metal hacia los terrenos del ambient. Comedido y en ocasiones ortodoxo, el autor de "The Downward Spiral" no utiliza la guitarra para arrastrar sus notas distorsionadas a lo largo y ancho de la partitura de "La red social", pero aprovecha su tensa calma para sintetizarla en una banda sonora cuya sobriedad formal no le resta tensión. Reznor da con "La red social" un paso adelante hacia el aburrimiento, pero demuestra que en el estudio es capaz de realizar los más brillantes ejercicios de depuración sobre las formas, ya difuminadas, espectrales, de las obras maestras de Nine Inch Nails. Por lo oído en su banda sonora, la droga perfecta no era el speed, sino la morfina.

Via ABC

No hay comentarios:

Publicar un comentario